El Dosmilypico-Libros: Scott Fitzgerald, Francis (1896-1940)

Scott Fitzgerald, Francis (1896-1940)

     Harto por igual de la vida, el alcohol y la literatura


 Generación Perdida- I-
Nació tres meses después de fallecer su hermana, en un pueblo de Minnesota, de padres católicos y clase media, de origen irlandés,  que llegó a ser bollante económicamente. Le  educaron en colegios y principios de tal religión. El matrimonio perdió también a los otros dos hijos habidos, razón por la que Francis fue tratado y educado con gran cariño y mimo, pagándole profesores, colegios y medios de conocimiento a la carta pero, tras matricularse en la universidad, no fue capaz de remontar el tercer año, abandonándola para alistarse en el ejército aunque, debido a que la guerra finalizó, no llegó a participar en ella.
Y, tras ella, su padre se arruinó y, él, que ya tenía muy claro a lo que se quería dedicar, colaboró con numerosos periódicos.

Cuando se alistó en el ejército (1918), en una reunión en un club campestre, conoció a Zelda Saire, niña bonita que hacía furor en el momento,  hija de un juez del Tribunal Supremo enamorándose perdidamente de ella pidiéndola matrimonio y, al no aceptar ella (él no tenía dinero, viviendo en una habitación y ganándose la vida reparando techos de automóviles), hasta que la convenció de que con él viviría como una reina y quiso el destino que, como diría un bolero, la publicación de su primer libro editado a sus 24 años (1920)  tuviera un éxito tan fuerte que la hija del juez, tan hermosa y adorada, aceptara su propuesta de matrimonio de inmediato, del que nació una hija, Frances Scott Fitzgerald. Así,  con la publicación de A este lado del paraíso y aquel tremendo espaldarazo, paradógicamente, se  marcó el principio que inauguró su éxito y caida. Porque no sólo le situó bajo el foco de todos los editores apuntalando su ambición, y no sólo consiguió a la mujer amada,  si no que también entró en conflicto y  riña con su oficio siendo el caso que aquel escritor triunfal y sobrevenido, que gozaba del veneno de la literatura, lo hacía en igual medida, o mayor,  de la frivolidad y los excesos como antídoto con el desastre como meta, diseñándose a sí mismo para ser percibido como un ser delicioso haciéndose notar siempre bién repeinado, llevando trajes perfectos, corbatas de lana y consumiendo tabaco del bueno entrando de lleno con Zelda en la vida tal como si entraran diariamente en un estreno de gala o en una fiesta de la alta sociedad patentando así una forma de estar en el mundo, hasta su final, entre el éxito, la indolencia, el talento literario y los excesos, cuesta abajo.

De él dejó escrito Hemingway:
“Su talento era tan natural ­como el dibujo que forma el polvillo en un ala de mariposa. Hubo un tiempo en que él no se entendía a sí mismo como no se entiende la mariposa, y no se daba cuenta cuando su talento estaba magullado o estropeado. Más tarde tomó conciencia de sus vulneradas alas y de cómo ­estaban hechas y aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no sabía hacer más que recordar los tiempos en que volaba sin esfuerzo”. 

Pero Scott Fitzgerald todo lo que hacía lo hacía muy por encima de sus posibilidades y el triste y prematuro final ya no tuvo remedio.
Ya en 1920 era alcohólico, en 1930 enfermó de tuberculosis recurrente, sufriendo dos ataques de corazón, falleciendo en California en 1940 a los 44 años de un infarto de miocardio lejos de Zelda ...

En el París de los años 20


La pareja no se volvió a ver, ella confinada de psiquiátroco en psiquiátrico y, él, en su maltrecha supervivencia, convivíendo sus últimos tres años con Sheilah Graham, una mujer que le cuidó, amó y respetó.

Zelda le sobrevivió, falleciendo en 1948, a los 47 años, entre las llamas de un incendio en el psiquiátrico en el que se encontraba.



La familia Frances Scott Fitzgerald en tiempos felices. En sus libros, el autor nos legó un fiel retrato de lo que sus vidas en su tiempo fueron, aquello que hicieron, representaron y amaron, y la gran obra que podéis leer.
De él y de aquella conocida como "Generación perdida Norteamericana" podemos saber mucho más de la mano de Hemingway "París era una fiesta" y de Gertrud Stein en "Autobiografía de Alice B. Toklas" (a descargar del lateral de esta página, así como en el veraz y meticuloso documental* que sobre el autor adjuntamos y la película "Media noche en París" de Woody Allen.

*Calidad: Buena.avi
 Duración: 41,30

Libros:
1920 - A este lado del paraíso
1922 - Hermosos y malditos 
1925 - El gran Gatsby
1934 - Suave es la noche
- El crucero de la chatarra rodante
- Sobre la escritura


⏩ Descargar libros y documental desde aquí

⏩ Descargar película "Medianoche en París" desde aquí

Comentarios

O TAL VEZ TODOS ???!!!